En su panorámica investigación sobre el estado y la tendencia
actual de numerosas ciudades súper pobladas del Tercer Mundo, Planeta de ciudades miseria, el investigador
estadounidense Mike Davis, afirma que el devenir de las megalópolis del Sur
tiende a la consolidación de un mundo posturbano: desregulado, tumultuoso,
hacinado, carente de servicios generales y proclive a las autorregulaciones
privadas, sean solidarias o criminales. Esto es lo que en otro lugar he llamado
el creciente proceso de cyberpunkización
de las metrópolis modernas: la pérdida de la civilidad sancionada y de la
bonanza regulada, en medio de un mundo tecnologizado, con la concomitante
expansión del deseo insatisfecho de vida plena a través de las mercancías.
La Ciudad de México, entonces, se inscribe en esta dinámica de la
caotización urbana, tendiente a su previsible desintegración futura. Una
dinámica vital de esta magnitud, necesariamente requiere aprehensiones
literarias a la altura de las circunstancias y es aquí donde se inscribe la
obra híbrida de Héctor Villarreal. Una de las mentes críticas más brillantes y
agudas de la generación nacida en los setenta del siglo pasado, el narrador,
analista político y doctor en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM, confeccionó una
serie de micro crónicas citadinas con morfología poética, que también pueden
ser leídas como una poética analítico-descriptiva de la sociedad. Trabajo
formal y semántico contundente que, partiendo del rescate sarcástico de la
cotidianidad del sureste citadino, con su chocarrera y chabacana convivencia,
genera un espacio significante de la desolación urbana tercermundista en
general. Así, la breve colección de textos gozosamente híbridos, abre mediante
un contundente díptico las puertas del infiernillo citadino cotidiano:
Glorieta VaqueritosUna glorieta,debajo de un paso a desnivel,partida a la mitad,donde nadie da vuelta,con una fuente sin agua,tiene un nombre que ha sido borrado.Al SurMás al Sur,donde la vida es gris.Más al sur, donde la gente se confunde con los muros sin pintura y las banquetas quebradas.Más al sur,hasta donde sólo hay norte.
Diversos motivos destacan en estas crónicas poéticas de apertura
de la colección: el abandono urbano como espectro premonitorio del porvenir,
cuando las estructuras, edificaciones y trazos metropolitanos hayan perdido su
razón de ser, cayendo en la espiral de la sinrazón posturbana, como ya ocurre a
manera de biopsia de un cáncer venidero en la referida glorieta coapeña, al
igual que la pérdida del significado de lo que fue y para qué fue con el nombre
que ha desaparecido de su razón de ser. Asimismo, en la parte complementaria
del díptico, el juego doble del significado del sur: sur de la ciudad, en
efecto, pero también el Sur en la distribución de los centros de poder de la
producción mundial en la dicotomía financiera, política y bélica Norte-Sur. Sur
geográfico y sur geoestratégico, la irreparabilidad del Tercer Mundo en suma.
Asimismo, ese sur inevitable, en decadencia y anómalo avanza inexorable hacia
el norte; en el caso de la Ciudad de México, se hermana en la precariedad de su
estatus periférico con los territorios depauperados de la zona norte conurbada:
territorios sin ley en proceso de acelerada descomposición social y urbana. En
la remisión que excede pero posibilita la existencia de una ciudad como el
Distrito Federal, es decir, en la evocación del sistema-mundo al uso
(Wallerstein), la corrosión del Sur acecha al Norte, contagiándolo con su
anomalía de enclaves desregulados en crecimiento sostenido en medio de los
grandes centros metropolitanos del Primer Mundo.
Portada del libro |
La obra entera, escueta pero potente, revela el ojo avezado de un flâneur postmoderno a la caza textual de
lo que oye y ve en la baja ralea de los sureños barrios decadentes de la Ciudad
de México, que alguna vez soñaron con afianzarse en la clase media hasta que
descubrieron que desde hace una generación dicha categoría social no existe
más. Y así lo elabora puntual Villarreal:
Vales de despensaPinche miseria:caguamas en fondasvivienda populartrabajos eventualestelevisión gratuitabailes de cumbiarateros en la calleasaltos en los microcalumniadoras de acosopolicías de mierdacalles miadas, pestilentespapel del que raspacalzones desgastadosfutbol mexicanocon bacachá doradodamas despechadasbailan pasito duranguensepaisajes deprimentesdestinos decadentesotro día sin vales de despensa.
Amplios conjuntos poblacionales, retratados con crudeza en el
libro, que han sido exiliados para siempre de las ventajas (por mínimas que
sean) de las estructuras de bienestar del Estado, de por sí sometidas a un
embate incesante desde hace un cuarto de siglo; no entendiéndolas como dádivas
gubernamentales, sino simple y llanamente como un mínimo principio de promoción
estatal de la movilidad social, hoy inexiste. O, por mejor decir, inexistente de
acuerdo con el paradigma ya envejecido del pasado siglo. Puesto que sigue
existiendo una salida en caudal para hacerse con parte de la inmensa plusvalía
que la sociedad genera (pero que si bien va el asunto, sólo a cuentagotas llega
a las periferias urbanas por medios tradicionales): la criminalidad en sus
diversas formas, pero principalmente como crimen organizado en torno al negocio
de los narcóticos ilegales. “Por aquí no han pasado los narcos ─dice una
contundente voz (semi) ficcional en Narcorrevolución─,
los estamos esperando… Los estamos esperando como a un ejército de liberación”.
El autor, momentos antes de la presentación del libro en el CCM. |
En su momento, cuando el libro fue presentado al público, en el
destacado Centro de Cultura Multimedia, debajo de la Estela de Luz, los
asistentes reían con muchas de las enunciaciones de la obra. Hubo incluso
francas carcajadas. De manera cierta, hay rasgos humorísticos, irónicos y lingüísticamente
festivos en la mini crónicas poéticas de Glorieta
Vaqueritos. No obstante, la clave de las mismas es eminentemente
tragicómica; la generación de un horizonte semántico (es decir, textual y
descriptivo) que abre el espacio de visión hacia un ominoso porvenir, a un
tiempo desolado e inevitable.
El marco citadino de la presentación de Glorieta Vaqueritos. |
De esta manera lo subrayó un breve video de autoría propia que
Héctor Villarreal presentó allí como parte de algunos complementos multimedia a
su obra. Titulado "100 metros de Coapa" (disponible en YouTube: http://youtu.be/_EvWzaOV8-k),
lleva, desde el punto de vista del
peatón que mira al suelo en su andar, por una décima de kilómetro
prístina en su rotundez: calles con montones de basura, charcos de agua
infecta, sonidos de pájaros y motonetas, fragmentos de conversaciones con
acento barriobajero; el delineado de los puestos ambulantes; aceras viejas,
rotas, asimétricas. El espacio depauperado de la desolación cotidiana, aquella
que quizá una esporádica carcajada (en la borrachera, en el sexo, en la fiesta
y en la droga) nos haga olvidar por un momento que dura lo que una exhalación
que, irremediablemente, la luz al final del túnel de nuestra megalópolis es un
tren que corre a toda velocidad en contra nuestra.
Anti arte que remeda a Damien Hirst; complementos multi mediáticos el día de la presentación. |
*Héctor Villarreal, Glorieta
Vaqueritos, Mono Ediciones, 2013.
Esta reseña fue originalmente publicada en Milenio.com, disponible en:
http://www.milenio.com/cultura/resena-libro_Glorieta_Vaqueritos-Hector_Villarreal-Manuel_Guillen-Ciudad_de_Mexico_0_307169714.html
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