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Revista Replicante

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domingo, 11 de julio de 2021

Edificios inteligentes, una perspectiva mexicana

 

*Desde la antigüedad, una de las encomiendas de la arquitectura ha sido el aprovechamiento del espacio con sabiduría: en armonía con el entorno, con funcionalidad de uso y acabados estéticos. En la época contemporánea, una de las tendencias arquitectónicas se ha englobado bajo el término de “edificio inteligente”.

 

DESPUÉS DEL POSMODERNISMO: LA TECNOLOGÍA ARQUITECTÓNICA

En el imaginario colectivo forjado en los últimos cincuenta años, el siglo XXI ha sido destinado a ser el siglo del futuro. El momento en el que las fantasías de la ciencia ficción comiencen a materializarse. Automatización cibernética, uso masivo de robots, prótesis biónicas, regeneración biológica por medio de la ingeniería genética y una larga lista más. Muchas de estas instancias son ya una realidad. En diversos ámbitos de la sociedad, en efecto, vivimos ya en el futuro. De la medicina a la industria automotriz; de la agronomía a las telecomunicaciones, la inventiva tecno científica modifica de manera constante las relaciones laborales, comerciales, personales y políticas. En tanto que pilares de la vida en sociedad, el urbanismo y la arquitectura también son parte prominente de esta tendencia, dominada por la tecnología interactiva. 


Paradigma internacional de edificio inteligente.


Así, en las últimas dos décadas, y de manera preponderante en la actualidad, los desarrolladores inmobiliarios hablan constantemente de “edificios inteligentes”, “casas inteligentes”, “conjuntos habitacionales inteligentes”, etcétera, constituyéndose incluso en una moda en un importante segmento del mercado citadino.

Comencemos con la acepción estándar del término, aquella que lo iguala con el uso cotidiano e integrado de las ventajas tecnológicas. El reconocido portal inmobiliario Lamudi (www.lamudi.com.mx) da una definición de “edificio inteligente” que no es errónea, pero sí estrictamente comercial y restringida a uno de los aspectos de la “inteligencia” de las edificaciones, es decir, las integraciones electrónicas en los espacios habitables:

 

…se puede calificar a una edificación como inteligente si ésta ha sido dotada de tecnología que permita controlar remotamente varios dispositivos automatizados que tiene la estructura, y esto a través de eficientes sistemas computarizados. Así, los ocupantes del edificio pueden personalizar varias definiciones y características de tales dispositivos para sentirse más confortables y ahorrar tiempo y dinero. Del mismo modo, los sistemas de seguridad y la sustentabilidad son atributos que definen a estas construcciones. En suma, el objetivo es brindar una elevada calidad de vida a los que habitan el edificio y, en el caso de un centro laboral, de aumentar la productividad de los trabajadores.

 

EL SUSTENTO DE UN EDIFICIO INTELIGENTE ES LA FLEXIBILIDAD: CONVERSACIÓN CON JOSÉ MOYAO.

En conversación con el arquitecto José Moyao, quien entre muchas obras más, ha estado a cargo del nuevo palomar del Autódromo Hermanos Rodríguez, del Auditorio Telmex de Guadalajara y la reconstrucción del Frontón México, amplía la definición de “edificio inteligente” y propugna por una interpretación diversa del término:

 

Considero que el epíteto de ‘edificio inteligente’ es una forma de comercializar un tipo de inmueble. Para mí, un edificio inteligente es el que te permite hacer cualquier tipo de adecuaciones en un momento determinado. Aquel que tiene la posibilidad de hacer adaptaciones para diferentes usos. Es decir, que se puede convertir en oficinas, centro de cómputo, o un hotel. Eso sería para mí un edificio inteligente. Un recinto que tiene la capacidad de transformarse y adaptarse a las circunstancias que se le presentaran. Hoy día se le llama ‘edificios inteligentes’ a los que, por ejemplo, en teoría tienen ahorro energético, y digo en teoría porque en la actualidad vemos edificios que tienen las cuatro fachadas de cristal: norte, sur, oriente y poniente, cuando en realidad es la utilización de tipos de cristales que tratan de abatir un poniente que no están diseñados con esquema formal real para lo que se persigue.

 

Es decir, de acuerdo con la argumentada percepción de José Moyao, un edificio inteligente es, en realidad, un edificio flexible. Afirma entonces: “más allá de la tecnología, lo que calificaría como ‘inteligente’ a un recinto es la flexibilidad arquitectónica. Hay que recordar que la tecnología va cambiando, entonces, hacer sistemas de cableados estructurados para un solo tipo de tecnología, cae en la obsolescencia con rapidez. En cambio, mientras tengamos estructuras tanto de pisos como de muros que tengan la flexibilidad para poderse mover o cambiar los elementos tecnológicos según necesidades, en ese momento se vuelve un edificio inteligente”, puntualizó.


Render (1) del palomar del AHRs. Moyao Arquitectos.



Render (2) del palomar del AHRs. Moyao Arquitectos.


Sobre la especificación de los “edificios flexibles”, que son la propuesta del arquitecto para lo que se ha dado en llamar “edificios inteligentes”, abundó:

 

En mis términos, pondré el ejemplo de dos de nuestros edificios que considero inteligentes. El primero, es un edificio en Periférico donde está Sistemas Neumáticos de Envíos (SNE, Boulevard Adolfo López Mateos número 2777). Tiene el cien por ciento de plantas libres. O sea, no tiene una sola columna en medio, son claros de 17 metros con una altura de más de 4.70 metros; lo que ha permitido es que tenga diferentes tipos de usuarios; como oficinas corporativas, y zona de fabricación. Esto permite la flexibilidad que comento. El tratamiento hacia la fachada, que es el Periférico, es el oriente y tiene una “piel”, una celosía que permite controlar la luz solar; del lado poniente tiene corta soles para controlar el asolamiento por las tardes.

El segundo es el Frontón México; edificio que nació con el uso de frontón sin más, como un recinto art decó en el centro de la ciudad en la primera mitad del siglo pasado. Hoy, lo hemos transformado en un edificio vanguardista, con todos los avances de la tecnología: aire acondicionado, sistemas inteligentes de detección de humo, alarmas, etcétera. Pero la clave de su actualización fue que se le dio el carácter de usos mixtos. Tenemos el rescate del jai-alai, con gradas retráctiles, pero también puede servir para conciertos, con elementos acústicos que permiten que la música se escuche perfectamente; tiene también un casino de dos niveles y medio, un restaurante, un sky lounge y, por supuesto, las oficinas administrativas. Entonces, se ha convertido en un edificio de usos mixtos, ya que en la reestructuración completa que hicimos, obtuvimos una estructura abierta que permite esta flexibilidad. Por ejemplo, si el día de mañana el restaurante no funciona y quisieran poner en su lugar, digamos, un hotel boutique, esto sería totalmente factible.



 




Frontón México: joya restaurada. Flexibilidad interior.










LOS EDIFICIOS INTELIGENTES DEBEN SER CONTEXTUALES: ENTREVISTA CON VÍCTOR LEGORRETA.

Heredero de uno de los nombres más importantes en la arquitectura nacional; por sí mismo se ha forjado un nombre en la arquitectura moderna mexicana, participando en proyectos como el recinto del Papalote, museo del niño y, recientemente, con la imponente Torre BBVA, rascacielos de la avenida Reforma de la Ciudad de México.

1.      ¿Cómo define usted un edificio inteligente?

Ha habido confusión y polémica con el término de lo que entendemos por un edificio inteligente, ya que sin duda cualquier edificio construido con buena arquitectura debiera ser en sí mismo una solución inteligente a un problema determinado. Tratando de definir lo que en estos últimos años se conoce como edificios inteligentes pienso que son aquellos que han puesto especial énfasis en usar las nuevas tecnologías y la automatización para lograr un funcionamiento óptimo en un edificio, así como un mejor aprovechamiento de los recursos.

 

2.      ¿Cuál es el estado actual de los edificios inteligentes en México?

Si bien todavía tenemos mucho camino por recorrer con respecto a los países más desarrollados, afortunadamente en México cada vez hay más conciencia de hacer edificios sustentables y amigables con el medio ambiente. Los inversionistas cada vez se preocupan más por hacer construcciones que sean más fáciles y eficientes de operar, así como que consuman menos energía. El uso de las nuevas tecnologías ha permitido tener controles mucho más sofisticados para manejar elementos como la iluminación, el aire acondicionado o el agua para que se adapten a las diferentes condiciones de uso del edificio, dependiendo de la hora del día, de la época del año o de la cantidad de personas que lo usan en los diferentes momentos. Esto nos permite ser más eficientes, tener menores costos de operación, pero sobre todo ser más amigables con el medio ambiente.

 

Torre BBVA: el sketch.



3.      ¿Cuál es la relación entre productividad económica (empresarial y estatal) y la edificación de recintos inteligentes?

Los edificios inteligentes permiten que seamos más eficientes en el uso de los recursos, que contaminemos menos pero también ayudan a crear una ética de respeto al ambiente entre los usuarios. Esto es muy importante ya que empresas que están adoptando estos modelos en sus instalaciones ayudan a transformar la visión de sus empleados y clientes. De igual manera me da gusto ver que en las generaciones jóvenes un factor importante para decidir donde trabajar o consumir es el carácter en las instalaciones de la empresa o comercio y qué tan responsables son con el medio ambiente.

 

4.      ¿Cuál ha sido su experiencia personal en la concepción, diseño y construcción de este tipo de recintos?

En el despacho de Legorreta vemos el incorporar este tipo de nuevas tecnologías y el hacer una arquitectura que se adapte al medio ambiente no como una limitación sino como una gran oportunidad de diseño. Esto nos está generando el uso de nuevas formas y materiales que respondan a estas necesidades. Es importante señalar que, si bien nos entusiasma el uso de las nuevas tecnologías, siempre hemos pensado que la tecnología debe estar al servicio del hombre: nos debe ayudar a mejorar nuestra calidad de vida y a ser mejores personas y nunca se debe convertir, como pasa continuamente, en un fin en sí mismo. No debemos tampoco volvernos esclavos de la tecnología.

 


Torre BBVA: el diseño.

5.      En el contexto global, ¿en qué nivel se encuentra México en el desarrollo de edificios inteligentes?

No es fácil hacer una clasificación en cuanto al avance entre los edificios de diferentes países. La arquitectura debe presentar soluciones que respondan a las condiciones locales. Un edificio debe ser producto de un clima determinado, del entorno en donde está ubicado, de la forma de construir del lugar, así como de la idiosincrasia y cultura de los que lo van a habitar. Por eso es importante que busquemos soluciones que respondan a las situaciones particulares de nuestro país y no solamente importemos tecnologías de países más desarrollados pero que tienen situaciones diferentes. Por ejemplo, en la torre BBVA Bancomer trabajamos mucho con todo el equipo de ingenieros y arquitectos en una solución que permitiera que, durante gran parte del año, el edificio no use aire acondicionado sino solamente ventilación. Creo que con el clima de la Ciudad de México esto es muy factible. Debemos buscar soluciones para nuestro país y en donde los mexicanos seamos más felices.

 


Torre BBVA en todo su esplendor. Paseo de la Reforma, Ciudad de México.


6.      ¿Cuáles son los beneficios sociales de la construcción de edificios inteligentes?

Un edificio inteligente debe ser más fácil de usar, optimizar los recursos, pero sin sacrificar la calidad de vida. Por ejemplo, en una oficina permitir niveles de iluminación y temperatura óptimos sin caer en derroches de energía. Esto es posible mediante la instalación de sensores y de equipo que permiten regular los sistemas de acuerdo con las diferentes situaciones. También la automatización nos permite lograr diferentes tipos de ambientes, cada vez más sofisticados, que nos demanda el mercado. En hoteles o restaurantes ya se busca crear ambientes que integren diferentes escenarios con la música, iluminación, temperatura, fuentes, fogatas y otros elementos que cambien con los diferentes usos y horarios de los lugares. Ya se busca crear toda una experiencia y no solamente un entorno arquitectónico.

 

7.      Algún nuevo proyecto suyo en este sentido que nos pueda compartir.

Estamos trabajando en un hospital con Universidad en Kampala, Uganda. El cliente nos ha pedido un proyecto que cumpla con los estándares internacionales pero que a la vez responda a la cultura y situación local. Ha sido todo un reto lograr un edificio que sea eficiente, sofisticado pero que responda a las condiciones de un país menos desarrollado como Uganda. Nos hemos dado cuenta que muchas soluciones son en ocasiones de sentido común y aprender de elementos usados en las arquitecturas tradicionales, como ventilación cruzada o iluminación natural. La gran ventaja es que hoy en día con los nuevos sistemas de computación podemos modelar muchas de estas soluciones y saber de antemano cómo van a funcionar cuando antes se realizaban de forma empírica. Una vez más, ha sido usar la tecnología, pero con la inteligencia del ser humano.








*Una versión distinta de este texto fue publicada en el suplemento de arquitectura e interiorismo de El Universal.

 


miércoles, 7 de julio de 2021

Próximo círculo de lectura

 



La obra de Carlos Fuentes es tan vasta que parece inagotable. Más aún, porque sus obras más famosas, a fuerza de su recurrencia, dan la falsa apariencia de que el tema se ha agotado. Pero un novelista e intelectual tan productivo, es prácticamente inagotable.

Uno de sus períodos creativos más importantes lo tuvo en la década de los setenta del siglo pasado. En éste, consolidó el posmodernismo en su narrativa y elaboró la que quizá es la mejor novela mexicana del siglo XX: Terra Nostra.

Junto con ella, La cabeza de la hidra ha sido una pieza excepcional en su obra. Thriller político, sátira del nacionalismo y pesimista ante el poder político, además de sensual y vigorosamente citadina, debe ser considerada un clásico en el órgano creativo fuentesiano.





Nuevo curso en UDEMY: El fin del mundo entre nosotros

 




El Apocalipsis está entre nosotros. Desde el siglo I de nuestra era no se ha ido. De manera cierta, su cariz religioso ha menguado, salvo por algunas sectas paracristianas que aún lo sostienen como una inminencia tangible. Pero desde el arribo de la Modernidad, se transformó en razón política; en un discurso de renovación completa de la sociedad y de acción voluntariosa para lograrla. Junto a ello, dos vertientes apocalípticas se han consolidado: una, ominosamente concreta como es la existencia de decenas de miles de ojivas nucleares funcionales; la otra, es la abigarrada imaginería apocalíptica en ficciones varias: cómics, filmes, series, novelas.

Así, el Apocalipsis es un generador de sentido. Su imaginería angelológica y demonológica ha caducado en su mayor parte. Pero su fuerza de atracción se vincula con su poderoso presupuesto central: que todo tiene un fin, como es el caso del fin del mundo.